La grasa es un nutrimento que: nos brinda energía nos ayuda a mantener la piel y el cabello sano absorben las vitaminas A, D, E y K, entre otros beneficios.

La relación entre la dieta y la salud cardiovascular es cada vez más clara, y uno de los nutrientes más debatidos en los últimos años ha sido la grasa. Sin embargo, no todas las grasas son iguales, y entender cuáles favorecen nuestra salud y cuáles la perjudican es crucial para tomar decisiones informadas en nuestra alimentación diaria.

“La grasa es un nutrimento que: nos brinda energía nos ayuda a mantener la piel y el cabello sano absorben las vitaminas A, D, E y K, entre otros beneficios. Hoy en día la sociedad ha clasificado a las grasas como “buenas” y “malas” debido a que las grasas “malas” tienen efectos negativos en la salud cuando se consumen en exceso”, aseveró la Escuela de Dietética y Nutrición del ISSSTE.

El Gobierno de México informó que las grasas “buenas” son las monoinsaturadas y poliinsaturadas algunas, incluso, son esenciales porque el cuerpo no es capaz de producirlas y deben aportarse a través de la alimentación como salmón, sardinas, atún, aceite de oliva, canola, cártamo, girasol, maíz y soya.

Mientras que las grasas “malas” son las grasas saturadas y las trans; el exceso en el consumo de este tipo de grasas eleva el nivel de colesterol LDL (“malo”), aumentando el riesgo de sufrir ataque cardiaco, accidente cerebrovascular u algún otro problema de salud mayor.

Estas grasas se encuentran principalmente en alimentos de origen animal como leche entera, queso, manteca, carnes rojas, así como en productos de repostería, margarina y productos fritos.

“Por lo anterior es importante elegir leche y productos lácteos bajos en grasa; sustituir las carnes rojas por carne magra o pollo y aumentar el consumo de pescado; cocinar con aceites líquidos, leer las etiquetas de los productos y optar por alimentos sin o 0% grasas trans”, agregó.

La clave para una dieta equilibrada y saludable es elegir las grasas adecuadas y consumirlas en moderación. Optar por aceites vegetales, pescados grasos, aguacates y frutos secos como fuentes de grasa puede mejorar la salud cardiovascular. Además, es fundamental reducir el consumo de alimentos procesados y limitar las grasas saturadas de productos animales.

Redacción AN / APV

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